La Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) completa esta semana una nueva ronda de aprobación de peticiones de oferta pública de valores en las bolsas de Shanghái y Shenzhen, con lo que suma 211 procesos aprobados en 16 días, aunque quedan unos 600 pendientes para 2014.
La CRMV anunció en las últimas horas que aceptaba las solicitudes de 25 empresas más (12 para Shanghai, cinco para Shenzhen y ocho para el panel tecnológico ChiNext de la bolsa cantonesa, que el parqué shanghainés estudia replicar próximamente).
Con todo, la aceptación de la petición no significa que el trámite deba concluir ya necesariamente en el visto bueno definitivo para salir al mercado, ya que esa decisión, de nuevo, tras completarse el trámite, depende de la propia CRMV.
El pasado jueves día 30 la CRMV había aprobado tres solicitudes más y anunciado que revisaría otras tres para pasado mañana, miércoles, aunque parece que están incluidas entre las 25 aprobadas en las últimas horas.
El anuncio ha provocado cierto temor en los parqués chinos, ya que en los últimos años un exceso de OPV fallidas, concedidas en demasiadas ocasiones a empresas sin fundamentos financieros sólidos como para salir al mercado de valores, acabó provocando importantes pérdidas a numerosos inversores individuales.
La aprobación de nuevas OPV estuvo paralizada en China durante 14 meses, hasta el pasado 31 de diciembre, por los problemas que provocaron a la larga las malas experiencias con las salidas a bolsa en Shanghái y Shenzhen.
En 2012 la CNMV tuvo que acabar publicando nuevas normas para que las OPV se hagan con precios "razonables", y no hinchados artificialmente como solía ocurrir en China hasta entonces, lo que ahora puede ser sancionado como prácticas ilegales, aunque finalmente tuvo que paralizar la emisión de nuevas OPV.
A ese problema se debió en gran parte que, en años anteriores, las OPV chinas absorbiesen tanto la liquidez en el mercado que los índices bursátiles acabaran con un largo desplome entre 2010 y 2012.
Durante 2012, último año en que se habían permitido las OPV en el país, se cerraron más de 1,2 millones de cuentas de acciones de tipo A (denominadas en yuanes, con las que cotizan las principales firmas en Shanghái y Shenzhen), y más de la mitad de los accionistas perdió dinero durante al menos los tres primeros semestres de aquel año.
Tras meses de nuevas medidas para tratar de controlar la situación, la CNMV paralizó las nuevas OPV hasta que el mercado se recuperase lo suficiente, lo que juzgó que ocurría al empezar 2014.
Curiosamente, mientras las más de 2.500 firmas que cotizan en ambos parqués vieron crecer sus beneficios netos conjuntos un 13,75% en 2013, según reveló la semana pasada el diario "Shanghai Zhengquan Bao", en el primer trimestre de 2014, según los resultados publicados hasta ahora, crecieron sólo un 8%. (fuente expansión)
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