miércoles, 14 de mayo de 2014

Investigadores descubren presencia de microalgas en el lugar más árido del planeta

Investigadores descubren presencia de microalgas en el lugar más árido del planeta
“FUTURAS APLICACIONES BIOTECNOLÓGICAS”

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) de España ha descubierto la presencia de microalgas en el desierto de Atacama, en Chile y el lugar más árido del planeta, un hallazgo que puede servir para encontrar las biomoléculas que les protegen en condiciones tan extremas.

Los científicos han publicado los resultados de su trabajo y aseguran que es la primera vez que se constata la presencia de un microorganismo fotosintético y eucariota en un ambiente de extrema sequedad, en concreto en una zona del desierto llamada Salar Grande, a 680 metros sobre el nivel del mar.

Los expertos han descubierto colonias de microalgas que habitan en el interior de halitas, rocas compuestas de sal común, dijo Jacek Wierzchos, investigador del MNCN.
Según Wierzchos, son precisamente las propiedades higroscópicas -capacidad de algunas sales de absorber humedad- de las halitas las que facilitan la retención de agua en su interior.

La investigación se basó en el análisis de las características ambientales y microbiológicas de dos zonas del desierto que, aparentemente, eran iguales: Salar Grande y Yungay.
En Salar Grande hay más agua que en Yungay ya que todos los días se alcanza una humedad relativa de aire cercana al 80 % que hace posible la delicuescencia.

Las halitas absorben agua a diario y presentan una estructura porosa y un tono más claro que facilita que los rayos de sol penetren en la roca para la fotosíntesis de las microalgas.

Para los investigadores del Grupo de Ecología y Geomicrobiología del MNCN, este trabajo es importante porque ahonda en el conocimiento sobre la presencia y resistencia de la vida en ambientes extremos y porque puede servir de base para buscar vida en otros lugares extremos como el planeta Marte.

Pero también, porque si estos microorganismos son capaces de soportar situaciones de extrema radiación solar y ultravioleta, máxima salinidad y/o temperaturas -las rocas pasan diariamente de 60 grados a 9 bajo cero- es por "unas biomoléculas extraordinarias que les protegen de esta condiciones tan adversas".

El siguiente paso es buscar estas moléculas y esto, según Ascaso Wierzchos, podría abrir una puerta a futuras aplicaciones biotecnológicas.  Fuentes: EFE

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