domingo, 23 de agosto de 2015

2016 será el año de los relojes inteligentes

Parece que 2016 va a ser definitivamente el año en que nos subamos a esta nueva ola de relojes conectados o que la dejemos pasar para que rompa en la orilla de las tecnologías olvidadas.

Se acerca el mes de septiembre y con la celebración de la feria IFA, empiezan a resonar entre la maraña de rumores tecnológicos, la llegada de nuevos relojes inteligentes que tratarán de competir con el Apple Watch, un producto que, a pesar de que parece va a ser prácticamente un fracaso para la compañía de Tim Cook, ya ha conseguido situarse como líder de la categoría.

En las últimas semanas, Samsung ha ido dando pistas de su nuevo reloj Gear S2, que mantendrá su apuesta de dejar a un lado Android Wear y quizá consiga plantar cara al dispositivo de Apple con alguna funcionalidad que vaya más allá de las que ya se han convertido en las habituales, y otros fabricantes como Motorola se espera anuncien en breve también nuevas generaciones de sus relojes.

Y es que estos dispositivos vestibles siguen siendo la próxima gran promesa tecnológica, pero el problema es que revisando las cifras, parece que de momento 2015 no va a ser el año de su despegue ni mucho menos y, a menos que pronto se encuentre la “killer app” que los haga interesantes, es posible que el fantasma de las Google Glass aparezca para llevarse a los relojes tecnológicos (al menos a esta generación) al limbo de las tecnologías que van quedando en el olvido.

Según ZDNet Corea, en julio, los analistas de Strategy Analytics estimaban que se venderían en todo el mundo algo más de 28 millones de relojes inteligentes, de los cuales 15 millones serían de Apple, aunque, de momento, la compañía no ha querido revelar cifras de su nuevo dispositivo, o que todo el mundo atribuye a que las ventas han sido inferiores a lo que se esperaba.

Otra empresa de análisis, Statista, rebaja a 25 millones la cifra estimada de ventas totales, e incluso a menos de 20 millones, aunque depende de donde pongas la línea que divide a los relojes inteligentes de productos como las pulseras cuantificadoras, y cree que Apple no superará los 10 millones de unidades del Apple Watch en 2015.

Algunos analistas de esta compañía creen si cabe que la estrategia de los relojes inteligentes ha sido un fracaso, salvo en el caso de Apple, e incluso sobre éste tienen sus dudas, al calificarlo como un bonito accesorio de moda, pero que no tiene ninguna aplicación extraordinaria, la “killer app”, al menos de momento.

Y es este terreno, el de las apps de terceros, el que parece necesitar una mayor evolución de momento. Los relojes inteligentes te permiten recibir las notificaciones de tus programas como los mensajes cortos o el correo electrónico, contar tus pulsaciones, revisar una ruta con el GPS o incluso recibir una llamada en tu muñeca; pero más allá de ello, los desarrolladores no han conseguido ofrecer nada especial y único que no esté ya disponible en tu smartphone a solo unos centímetros más de distancia (en tu bolsillo) que un reloj, que además es caro y hay que cargar a diario.

Como prueba de que los relojes son un mercado todavía muy inmaduro está el hecho de que la propia Facebook rechazó la propuesta de Apple de salir con una app específica de su red social para el reloj.

Con todo este escepticismo por delante, es posible que la nueva evolución de productos que veamos esta temporada, empezando por el Gear S2 de Samsung, y siguiendo con el nuevo sistema operativo watchOS 2 que Apple lanzará en otoño, sean el impulso que necesita la categoría para despegar definitivamente. Samsung ya consiguió el año pasado con el Gear S un reloj capaz de funcionar casi de manera independiente al smartphone y es posible que este año consiga además hacer un dispositivo atractivo que no parezca un teléfono pegado a la muñeca y dar un nuevo interés a la categoría.

Tras el nuevo Gear S2 llegarán nuevos modelos de Motorola, LG y tal vez algún fabricante menos conocido sepa encontrar un argumento distinto al de los habituales (no hay que olvidar a otras compañías como Pebble que tiene uno de los productos con más seguidores y que fabricantes de relojes tradicionales como el grupo Swatch con marcas tan potentes como TAG Heuer han anunciado ya que van a presentar sus apuestas en este terreno de los smartwatch).

En cualquier caso, parece que 2016 va a ser definitivamente el año en que nos subamos a esta nueva ola de relojes conectados o que la dejemos pasar para que rompa en la orilla de las tecnologías olvidadas… Y es que, quién sabe, en unos años, con baterías más duraderas, nuevos sensores y aplicaciones más interesantes, quizá llegue otra a la que realmente merezca la pena engancharse.
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