domingo, 17 de agosto de 2014

Reconstrucción de la exótica forma de vegetal de algunos de los primeros animales conocidos

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Reconstrucción paleontológica de formas típicas de los 
rangeomorfos (Imagen: Jennifer Hoyal Cuthill, Universidad 
de Cambridge)

Una nueva serie de reconstrucciones tridimensionales muestra detalladamente la exótica forma de algunos de los animales más antiguos de la Tierra, y ofrece pistas sobre cómo fue su evolución y por qué se extinguieron.
Estos animales fueron los rangeomorfos, un grupo extraño de organismos con formas llamativamente parecidas a las de ciertos vegetales. Estuvieron entre los primeros animales que aparecieron en la Tierra, y gozaron de una notable adaptación a las condiciones oceánicas de hace unos 600 millones de años.

Un nuevo modelo diseñado por el equipo de Jennifer Hoyal Cuthill y Simon Conway Morris, de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, ha resuelto muchos de los misterios alrededor de la estructura, la evolución y la extinción de estos animales o “protoanimales”.
Los rangeomorfos figuraron entre los primeros organismos de gran tamaño, en una época en la que la mayor parte de las otras formas de vida tenían un tamaño microscópico. La mayoría de los rangeomorfos medían unos 10 centímetros de alto, y algunos llegaron hasta los dos metros.

Estas criaturas poblaron el mar durante el período Ediacarano, hace entre 635 y 541 millones de años. Sus cuerpos estaban hechos de “ramas” blandas, cada una con muchas ramas laterales más pequeñas, formando una estructura geométrica conocida como fractal, que en la naturaleza puede verse en muchas formas familiares, como la distribución de las hojas de los helechos, e incluso la de las redes fluviales.

Los rangeomorfos eran distintos a cualquier organismo moderno, lo que ha hecho difícil determinar cómo comían, crecían y se reproducían, y por tanto conectarlos evolutivamente con algún grupo moderno de criaturas. Sin embargo, a pesar del hecho de que parecían plantas, las pruebas demuestran que los rangeomorfos eran realmente animales, aunque extremadamente primitivos.

Los rangeomorfos vivían a demasiada profundidad en el océano como para que consiguieran su energía a través de la fotosíntesis, como hacen las plantas. Es más probable que absorbieran nutrientes directamente del agua marina a través de la superficie de su cuerpo. Sería difícil para animales de su tamaño sobrevivir en el mundo moderno sólo a base de nutrientes disueltos.

Hace 541 millones de años, las condiciones en los océanos comenzaron a cambiar de modo rápido e irreversible, con el comienzo de la Explosión Cámbrica, un período de rápida evolución durante el cual aparecieron por primera vez en el registro fósil la mayoría de los grupos animales principales, y la competición por los nutrientes se incrementó de forma dramática.

Los rangeomorfos han sido considerados a menudo como un “experimento fallido” de la evolución, dado que se extinguieron muy rápidamente una vez la Explosión Cámbrica comenzó a transformar el mundo, pero este nuevo análisis muestra el gran éxito evolutivo del que disfrutaron durante su época de mayor esplendor.
Los rangeomorfos llegaron a ocupar casi por completo el espacio inmediato que les rodeaba, con un área superficial total masiva. Eso les hizo consumidores muy eficientes, que podían extraer la máxima cantidad de nutrientes del agua de mar.

Estas criaturas estaban notablemente bien adaptadas a su entorno, dado que los océanos en esa época tenían muchos nutrientes y un nivel bajo de competición. Matemáticamente hablando, llenaron su espacio de una forma casi perfecta.

El equipo de investigación examinó fósiles de rangeomorfos de sitios en diversas partes del mundo, y los utilizaron como punto de partida para hacer las primeras reconstrucciones por ordenador del desarrollo y la estructura tridimensional de estos organismos, mostrando lo bien adaptados que estaban a su entorno ediacarano.

Sin embargo, en cuanto empezó la Explosión Cámbrica, los rangeomorfos se convirtieron en presas fáciles de cualquier animal capaz de alimentarse de ellos, dado que no tenían formas conocidas de defensa ante los depredadores que estaban empezando a surgir y a evolucionar. Además, la transformación de la composición química del océano hizo que no pudieran conseguir los nutrientes que necesitaban para subsistir. (NCYT)

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