jueves, 29 de agosto de 2013

Un ordenador portátil más potente que Google Glass, e incluso más raro

 El fundador de la start-up Meta, Meron Gribetz,
prueba la primera versión de Space Glasses.
Una start-up dedicada a crear gafas 3D logra destacar, en parte, mediante la inclusión de Steve Mann en su equipo.
 RACHEL METZTRADUCIDO POR FRANCISCO REYES (OPINNO)

Steve Mann, pionero en el campo de la informática portátil, ha estado promocionando los beneficios de los ordenadores montados en la cabeza durante décadas. En la actualidad, el profesor de la Universidad de Toronto está poniendo su experiencia a disposición de una empresa que tiene la esperanza de reducir el dominio de Google Glass sobre el emergente mercado con un tipo de gafas computarizadas que combinan lo real y lo virtual.

La compañía, Meta, está construyendo equipos de cabeza computarizados capaces de superponer contenido interactivo 3D sobre el mundo real. Aunque el dispositivo es voluminoso, en última instancia Meta espera poder hacerlo más delgado y convertirlo en un elegante par de gafas ligeras de aspecto normal que se pudieran utilizar en todo tipo de actividades virtuales, desde juegos hasta diseño de productos. La compañía, fundada por Meron Gribetz y Ben Sand, cuenta con Mann como director científico. Uno de los estudiantes de postgrado de Mann, Ray Lo, trabaja como director técnico. La compañía acaba de terminar un periodo de colaboración con Y Combinator, el exitoso acelerador de start-ups con sede en Mountain View, California (EE.UU.).

El primer y torpe producto de Meta, llamado Space Glasses, es más una herramienta para desarrolladores de aplicaciones que un gadget que apetezca llevar puesto. No lleva incorporada ni batería ni procesadores gráficos o centrales, por lo que debe estar conectado físicamente a un ordenador para poder funcionar. Incluye un LCD proyectable semitransparente en cada ojo, una cámara de profundidad de infrarrojos, y una cámara de color estándar, así como un acelerómetro, un giroscopio y una brújula. La segunda versión de Space Glasses será más ligera y menos voluminosa, según afirma el equipo, e incluirá tanto una batería como procesadores gráficos y centrales, así como algunos cambios en el software.

"Creo que es muy buen momento para entrar en este mundo", afirma Mann, que ha estado luciendo sus gafas personalizadas, y apoyando la idea de los ordenadores montados en la cabeza desde la década de los 70. A medida que todos los tipos de tecnología portátil se hacen más baratos y más generalizados, las gafas 'inteligentes' están liderando la carga, ayudadas por la promoción de Google Glass y una gran cantidad de productos de otras empresas. La firma de investigación de mercado IHS predice que se venderán 124.000 pares de gafas inteligentes este año, sobre todo a desarrolladores, una cifra superior a las 50.000 del año pasado. IHS espera que la cifra llegue a 434.000 el próximo año.

Las Space Glasses aún no se están vendiendo extensamente, aunque una campaña de Kickstarter cuyo objetivo era conseguir 100.000 dólares (75.000 euros) para apoyar la creación del dispositivo consiguió casi el doble de fondos. Hasta ahora, más de 900 desarrolladores han pagado cientos de dólares cada uno para conseguir una primera versión de las gafas, que Meta comenzó a enviar recientemente, o han hecho un pedido previo del modelo más elegante y de próximo lanzamiento, que se espera sea enviado a los compradores en abril (actualmente tiene un coste de 667 dólares, 498 euros).

En esencia, las Space Glasses funcionan mediante la construcción de un modelo 3D del mundo a medida que caminas, utilizando un algoritmo que Meta ha creado para rastrear superficies planas en tiempo real. A diferencia de algunos sistemas de realidad aumentada anteriores, no necesita marcadores físicos especiales. Las coordenadas resultantes de este seguimiento se transmiten al ordenador, que renderiza la información digital como un modelo 3D de tu entorno inmediato. Esto hace que sea posible, por ejemplo, proyectar una película en un trozo de papel específico, tal y como el equipo me mostró en persona. Un grupo de usuarios distintos podrían acercarse al mismo objeto 3D desde diferentes ángulos, o un modelo 3D podría seguirte allá donde vayas.

"No tienes que cambiar nada de tu mundo para que nosotros podamos hacer un seguimiento, lo cual supone un gran avance", asegura Sand.

El equipo cree que Meta podría reemplazar a los ordenadores estándar, y ser algo que la gente pueda usar en conjunto, ya sean arquitectos alrededor de una mesa para diseñar un edificio, o amigos corriendo por ahí y jugando a un juego tipo shoot-'em-up. En última instancia, Gribetz espera que Meta pueda incluir su tecnología en algo aún menos evidente que unas gafas, como por ejemplo un implante del nervio óptico.

Sin embargo, eso aún queda muy lejos. Aunque el ostentoso vídeo de demostración en el sitio de Meta promete una serie de actividades interactivas, como esculpir virtualmente e imprimir un florero en 3D, o jugar una partida de ajedrez virtual con un amigo, todo lo que se muestra es cortesía de los efectos especiales, para intentar dar una idea de lo que verá el usuario. (Sin embargo, el equipo asegura que la mayor parte de estas demostraciones ya se han construido y pronto estarán disponibles para los desarrolladores, junto con un kit de desarrollo de software). Durante los pocos minutos que lo puse a prueba, no pude hacer mucho más que deslizar algunas letras en un teclado virtual proyectado frente a mí, así como darle golpecitos a una seta en 3D.

La mejor demostración que vi fue la de un vídeo de animación proyectado sobre una hoja de papel que Lo sostuvo, y movió, frente a mí. A pesar de que ver películas es una actividad pasiva, nos da una idea de lo bien que funciona el seguimiento de superficies en tiempo real de Meta.

Natan Linder, estudiante graduado en el Grupo de Interfaces de Fluidas en el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts en EE.UU. (MIT), cree que un equipo montado en la cabeza como el de Meta podría ser útil, por ejemplo, para prepararse rápidamente para una conversación, viendo lo que ha estado haciendo últimamente un viejo amigo, o para mostrar a los pilotos información que necesitan ver (un propósito para el que la tecnología de ordenadores montados en la cabeza se ha utilizado anteriormente). Sin embargo, no está convencido de que este dispositivo sea de utilidad general. Lo compara con los auriculares Bluetooth que algunas personas llevaban puestos constantemente hace algunos años, "solo que mucho peor".

Aún así, cree que la participación de Mann le da caché al asunto. "Básicamente fue él quien empezó todo esto", afirma. "Si hay una persona que pueda tener una visión en profundidad y ayudarles a hacerla relevante, creo que esa persona sería él". MIT

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