Las mujeres que dejan de fumar inmediatamente antes o después de quedar embarazadas engordan más durante y después de la gestación, pero sus bebés serían menos propensos a ser más pequeños al nacer que los hijos de madres fumadoras.
Un equipo de Dinamarca halló que las mujeres que dejaban de fumar engordaban unos 2,7 kilogramos (kg) más en el embarazo que las que seguían fumando y, también, durante el primer año de vida del bebé.
Pero los bebés de las mujeres que dejaban de fumar al inicio del embarazo y de las no fumadoras nacían con un peso similar, mientras que los hijos de las mujeres que seguían fumando nacían con bajo peso.
"Lo más importante de este estudio es que dejar de fumar al comienzo del embarazo es tan beneficioso para el peso al nacer del bebé como si la mujer nunca hubiese fumado durante la gestación", dijo la doctora Amber Samuel, especialista en medicina materno fetal de la Facultad de Medicina de la Emory University, en Atlanta.
La Sociedad Estadounidense del Cáncer estima que entre el 10 y el 15 por ciento de las mujeres fuma durante el embarazo. Eso está asociado con la prematuridad y otras complicaciones, como las malformaciones congénitas, el bajo peso al nacer y el parto de feto muerto.
Los bebés tienen entre tres y cuatro veces más riesgo de morir por el síndrome de muerte súbita infantil si sus madres fuman durante y después del embarazo. Los niños expuestos al humo de segunda mano padecen también más infecciones de oído, neumonía, bronquitis, asma y otras enfermedades.
El nuevo estudio incluyó a 1.774 mujeres que participaron del Estudio Recién Nacidos Libres de Humo, realizado en Copenhague, Dinamarca, entre 1996 y 1999.
Las mujeres respondieron un cuestionario dos veces durante el embarazo. Para verificar si aquellas que decían haber dejado de fumar lo habían hecho realmente, se analizaron muestras de saliva para detectar cotinina, un producto del consumo de la nicotina que aparece en el organismo.
El 38 por ciento de las mujeres fumaba antes de quedar embarazadas y la mitad de ellas abandonó el cigarrillo inmediatamente antes o después, según indica el equipo de Line Rode, del Hospital de la Universidad de Copenhague.
Durante el embarazo, las no fumadoras engordaron casi 13,6 kg en promedio, mientras que las fumadoras aumentaron 13 kg y las que dejaron de fumar engordaron 15,8 kg.
En el grupo que dejó de fumar, los bebés del 8 por ciento de las mujeres nacieron con un peso por debajo del percentilo 10, según indicaron los registros escandinavos, comparado con el 22 por ciento de los hijos de fumadoras.
Al año del parto, la mitad de las mujeres que habían dejado de fumar no había probado un cigarrillo.
Las no fumadoras y las mujeres que habían dejado de fumar con recaídas engordaron entre 0,7 y 0,9 kg después del embarazo, mientras que las mujeres que no volvieron a fumar aumentaron 3,1 kg y las fumadoras adelgazaron 0,2 kg, según publica el equipo en la revista Obstetrics and Gynecology.
"Una fortaleza del estudio es que verificó si las mujeres que decían que habían dejado de fumar lo habían hecho realmente", destacó Samuel, que no participó del estudio. Fuente: MedlinePlus
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