Las autoridades de salud de ese estado han decidido investigar por qué este raro trastorno del cerebro y la médula afecta de manera desproporcionada, y desde hace siglos, solamente a los hispanos que residen en ese estado.
Según el Senador Tom Udall de Nuevo México, los inmigrantes españoles que se instalaron el área en 1580, trajeron esta enfermedad llamada Malformación Cavernosa Cerebral (MCP, su sigla en inglés) y desde entonces, se ha transmitido a través de varias generaciones.
"Muy poco se sabe sobre esta enfermedad genética que afecta a hispanos de Nuevo México, y que puede provocar convulsiones, accidente cerebrovascular o muerte", dijo el senador Udall en un comunicado de prensa.
El 27 de junio, el senador Udall presentó un proyecto de Ley en el Congreso, con la esperanza de ampliar la investigación y el tratamiento de la enfermedad. Éste permitiría mejorar los canales de comunicación entre los centros médicos para compartir información, poder difundirla y educar a la comunidad sobre el alcance de la afección poco conocida.
¿Qué es la malformación cavernosa cerebral (MCP)?
Es una falla en los vasos sanguíneos pequeños (capilares) del sistema nervioso central.
Frente a la enfermedad, las paredes de los capilares son más delgadas que lo normal, menos elásticas y propensas a presentar grietas. Pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero por lo general sólo producen síntomas cuando se encuentran en el cerebro y la médula espinal, informa el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS).
Algunas personas con CCM -los expertos estiman que un 25%- nunca experimentarán problemas de salud. Otros tienen síntomas graves como convulsiones, dolores de cabeza, parálisis, trastornos auditivos o visuales y hemorragia cerebral.
Hay casos hereditarios y otros esporádicos, es decir, ocurren sin motivo aparente, aunque los investigadores han descubierto tres genes diferentes asociados con la enfermedad.
¿Tiene cura?
El pronóstico es variable para cada persona, ya que la ubicación y el número de lesiones determina la gravedad del trastorno, pero puede ser fatal si causa hemorragias cerebrales.
En cuanto al tratamiento, las convulsiones suelen ser tratadas con fármacos antiepilépticos. Si los ataques no responden a la medicación, o hay sangrado recurrente en el cerebro, es necesario realizar la extirpación quirúrgica de la lesión, según los NINDS. Fuente: Univision Salud
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