Imagine que los chips en su teléfono inteligente o su ordenador pudieran repararse sobre la marcha, recuperándose en microsegundos de pequeñas averías que podrían ir desde un suministro eléctrico inadecuado de la batería, hasta el fallo total de un transistor. Esto puede parecer ciencia-ficción, pero un equipo de ingenieros del Instituto Tecnológico de California (Caltech) en Pasadena ya ha conseguido desarrollar esa clase de chips dotados con la capacidad de autorreparación, en lo que constituye un avance pionero hacia la electrónica regenerable.
Hasta ahora, podía bastar un solo desperfecto en un chip para dejarlo del todo inservible.
Los ingenieros del Caltech quieren dotar a los circuitos integrados de una capacidad de autorreparación semejante en algunos aspectos a la que nos ofrece a los humanos y otros seres vivos nuestro sistema inmunitario, una maquinaria capaz de detectar cualquier desperfecto o amenaza y reaccionar con rapidez para impedir el problema, subsanarlo, o adaptarse a él del mejor modo posible, a fin de mantener a toda costa en funcionamiento al sistema.
El equipo de Ali Hajimiri, Steven Bowers y Kaushik Dasgupta del Caltech, así como Kaushik Sengupta (ahora en la Universidad de Princeton en Nueva Jersey, Estados Unidos) ha demostrado esta capacidad de autorreparación en los chips, tan pequeños que 76 de ellos (incluyendo todo lo que necesitan para la autorreparación) ocupan el mismo espacio que una moneda pequeña.
En el experimento que quizá sea el más espectacular de todos los realizados en el proyecto, el equipo de investigación destruyó varias partes de sus chips disparándoles repetidas veces con un láser de gran potencia. Concretamente, casi la mitad de cada chip fue alcanzada por rayos láser, vaporizándose muchos de sus componentes, incluyendo transistores. Y entonces, pese a ese brutal nivel de destrucción, los científicos observaron cómo los chips, en menos de un segundo, se remodelaban de manera automática para seguir haciendo su trabajo, y conseguían recuperarse hasta casi su nivel ideal de funcionamiento.
Tradicionalmente, los aparatos electrónicos han sido muy vulnerables, dejando de funcionar ante averías pequeñas. En el futuro, la situación será muy distinta con esta clase de electrónica, capaz de autorrepararse.
En la actual fase de progreso de esta nueva tecnología, los circuitos protegidos con ella pueden ahora tanto diagnosticar como reparar sus averías o deficiencias sin intervención humana, aproximándose un paso más a los chips que envejezcan tan despacio como para ser capaces de funcionar ininterrumpidamente durante muchas décadas.
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