domingo, 5 de mayo de 2013
El millonario que se jugó la embajada en París en el póker
Se llama Marc Lasry, y es el dueño y fundador del Fondo de Inversión Avenue Capital, fondo de hedge fund con activos por más de US$ 12.000 millones, uno de los más importantes de Nueva York. Aportante de dinero al Partido Demócrata, era el candidato a embajador en Francia pero, de pronto, renunció a todo. ¿Qué había ocurrido? Una historia escandalosa...
(U24) Sea como fuere, según la CNN, Lasry al parecer tampoco había pasado todas las pruebas necesarias para ser embajador.
Marc Lasry es un multimillonario estadounidense, cofundador y CEO del fondo Avenue Capital Group.
Nacido en Marruecos en una familia judía que emigró a USA cuando él tenía 7 años, su padre, Moise, era un programador informático, y su madre Elise, una docente de primaria. Marc creció en West Hartford, Connecticut, tuvo su título en Historia en Clark University y después fue por la carrera de Derecho, en la New York Law School.
Desempeñándose en sucesivas empresas financieras (Cowen and Company, Smith Vasilious Management Company, etc.), Lasry comenzó en Wall Street en el arbitraje de fusiones, revisando los valores en dificultades o embargados (distressed securities) y situaciones especiales.
Luego fue ascendido a co-director en quiebras y reorganización corporativa.
Con su hermana Sonia Gardner, fundaron Amroc Investments, especializada en la reorganización de activos.
En 1995, ambos hermanos crearon el fondo Avenue Capital Group, en el que también se desempeña su otra hermana, Ruth Steinberg.
Lasry logró incorporar al Honorable Edward Ryan, ex responsable del juzgado de quiebras y concursos del estratégico Southern District neoyorkino.
Luego, la fama y el dinero: Avenue Capital se convirtió en uno de los grandes.
Ahora, el relato de Pilar García de la Granja para el madrileño El Confidencial:
Hasta la semana pasada, Lasry era uno de los hombres más respetados y poderosos de Wall Street. No solo era conocido por su capacidad para captar dinero y rentabilizarlo rápidamente, también pertenecía a la hight society de la Gran Manzana. Sus contribuciones económicas al partido Demócrata, en especial a las campañas políticas de Bill Clinton durante sus dos legislaturas le convirtieron en el gran mecenas demócrata de la Costa Este.
Además se ganó la amistad y confianza del entonces Presidente, y esta relación tan cercana con su familia le convirtió con los años en uno de los puentes más importantes entre el mundo financiero y el mundo político de Estados Unidos. Como recompensa a los servicios prestados, Bill Clinton le propuso (y el Presidente Obama lo aceptó) como embajador de Estados Unidos en Francia.
Mr Lasry organizó una cena de recaudación de fondos para la pasada campaña electoral del Presidente Obama a US$ 40.000 por cabeza. No se conoce el menú, ni el número de asistentes, lo que sí que se sabe es que fue uno de los mayores contribuyentes privados para la carrera presidencial de Obama, con una aportación de US$ 500.000 para la campaña del 2012.
El mismo Bill Clinton fue quien anunció, en una fiesta para recaudar fondos, que Larsy sería embajador de Estados Unidos en París sin que la Casa Blanca hubiera hecho pública aún su decisión oficialmente. Larsy, que fundó su compañía en 1995 junto a su hermana Sonia Gardner, estaba en dicha fiesta para recaudar fondos para el demócrata Terry MacAuliffe, candidato a gobernador de Virginia.
La Casa Blanca hizo oficial a mediados del mes de marzo su nombramiento en el puesto diplomático más importante para el Departamento de Estado norteamericano, tras la Embajada en México y en el Reino Unido. Tradicionalmente París ha sido el premio para grandes hombres de negocios o del mundo de la cultura estadounidense.
Sorprendentemente, hace varios días Mr. Lasry enviaba una carta a la Casa Blanca en la que declinaba el nombramiento como embajador en Francia. Nadie entendía cómo era posible. Él ya se veía en París, su familia y sus amigos también.
Pero el FBI, de golpe y porrazo, anunció la detención de 34 personas relacionadas con el blanqueo de dinero vinculado a timbas de póquer. Partidas con jugadores conocidos y multimillonarios que se reunían para celebrar sus partidas en el lujosísimo Hotel Carlyle de Manhattan. Lasry acudía a esas timbas habitualmente.
En Wall Street, era conocido por su afición al póquer y a las timbas privadas a las que acudía y en las que se jugaban miles de dólares. Pero nunca nadie pensó que su hobbie podría tener nada que ver con el blanqueo de dinero.
Entre los arrestados, no está Lasry, quien sí será llamado como testigo.
Sí fue arrestada Molly Bloom, conocida como la princesa del póquer, y organizadora de exclusivas timbas para celebridades del celuloide como Leonardo Di Caprio y Tobey Maguire y, aparentemente, también Marc Lasry. El financiero era jugador habitual de estas timbas, aunque ha negado conocer que sirvieran para blanquear hasta US$ 100 millones de dinero procedente, supuestamente, de las mafias rusas.
La compañía que preside ha explicado su decisión de renunciar a la Embajada en Francia como un intento de hacer más fácil la investigación iniciada por las autoridades federales en Nueva York. Otras fuentes aseguran que, aunque Lasry no tenía conocimiento del supuesto blanqueo del dinero de las mafias rusas, las pesquisas sobre el póquer podrían desembocar en una investigación sobre su Fondo de Inversión.
Sea como fuere, según la CNN, Lasry al parecer tampoco había pasado todas las pruebas necesarias para ser embajador. El único caso de un alto responsable de una empresa financiera nombrado Embajador de Estados Unidos fue Ronald Spogli, cofundador de Freeman Spogli and Co, nombrado embajador de Estados Unidos en Italia en 2005 por George Bush. Para ello tuvo que vender parte de sus activos financieros, la mayor parte de las acciones que tenía en empresas y desligarse de la gestión de su fondo. Fueron además investigados todos sus socios en sus empresas y sus familiares.
La teoría de la CNN es que, aunque Lasry nunca hubiera jugado una timba de póquer en su vida, el escrutinio sobre su empresa, sus finanzas y sus socios iba a ser tan exhaustivo que, finalmente, no le mereció la pena.
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