
“La presión arterial alta es una condición tratable y se puede prevenir mediante cambios en el estilo de vida, sobre todo a través de la reducción del consumo de sal y la realización de ejercicio físico”, afirmó el asesor regional en enfermedades cardiovasculares de la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), Pedro Orduñez, en el marco del Día Mundial de la Hipertensión, que se observa el 17 de mayo.
La disminución de la ingesta de sal en la población es la intervención de salud pública más costo-efectiva para reducir la hipertensión. La OPS/OMS recomienda consumir menos de 5 gramos de sal -o 2.300 miligramos de sodio- al día. Sin embargo, en las Américas el consumo de sal es el doble: asciende a casi 11 gramos en la mayoría de los países.
Aunque en la preparación y al comer las personas agregan sal a las comidas, una gran parte del consumo de sodio proviene de los alimentos procesados, envasados y listos para consumir, explicó Branka Legetic, coordinadora interina del proyecto de Prevención y Control de Enfermedades Crónicas de la OPS/OMS y encargada de la Iniciativa de Reducción de Sal. Evitar este tipo de alimento, y privilegiar los naturales, frescos y los libres o bajos en sodio, resulta una de las opciones que el consumidor puede tener en cuenta.
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