sábado, 23 de marzo de 2013

El consumo de agua porteño supera en 1172% lo recomendado por la OMS


Calidad de vida / Día mundial del agua
Se utilizan 632 litros por persona y por día, cuando la Organización Mundial de la Salud estima en 50 litros lo necesario para el aseo personal y la elaboración de alimentos

El consumo de agua potable en la Capital y el conurbano aumentó sensiblemente desde el año pasado: según cifras oficiales, cada usuario utilizó para su vida diaria 636 litros, lo que representa un 1172% más de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El consumo en el área metropolitana, además, creció un 4% respecto de 2012, y si se tiene en cuenta que cuando se privatizó el servicio se utilizaban 500 litros diarios per cápita, hubo un 26% de aumento desde la década del 90.La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que cada persona necesita al menos 50 litros del líquido en forma segura para aseo personal y para elaborar sus alimentos.

Las altas temperaturas del verano pasado y la falta de conciencia son algunas de las explicaciones que brindan desde Agua y Saneamiento (AySA), que abastece a más de 8 millones de usuarios en la Capital y en el conurbano.
"AySA vuelve a apelar a los usuarios a hacer un uso responsable del recurso. Por su parte está haciendo trabajos de macromedición para que también la empresa haga un ahorro de agua evitando pérdidas en las cañerías", indicó su vocero, Diego Muñiz.

Cabe recordar que toda la producción de agua potable proviene del Río de la Plata, cuyo grado de contaminación muchas veces dificulta los procesos de potabilización. Sólo el río, que diariamente olvidamos, constituye una fuente de agua dulce privilegiada y representa el 80% de la disponibilidad de ese recurso en la Argentina.

Otra de las fuentes para poder conseguir abastecimiento de agua segura son las aguas subterráneas y acuíferos. Y es por eso tan importante que no estén contaminados. "Es tan importante la exploración de aguas subterráneas como la concientización del uso racional del recurso para esa gente que lava los platos y deja la canilla correr, o no arregla una pérdida, advirtió Santiago Perdomo, miembro del Departamento de Geofísica Aplicada de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata. En el mismo sentido, Felipe Tomasevich, ministro del Campo y presidente de San Luis Agua Sociedad del Estado, recordó ayer en el Congreso Internacional del Agua, que se celebra en Potrero de Los Funes, que sólo el 3% del agua disponible en el planeta es dulce. "Y sólo la mitad es accesible para el hombre. Esto nos indica la necesidad de una gestión sostenible que permita el acceso al líquido. Si se piensa que el 40 por ciento de la comida que se produce, se tira, tenemos que pensar que mucho de eso es agua", detalló el funcionario.

Tomasevich se refiere a la cantidad de agua necesaria no sólo para producir alimentos, sino también bienes y productos que se utilizan todos los días.
Fabricar una camiseta de algodón de 500 gramos requiere 4000 litros de agua. Para obtener un kilo de soja son necesarios 2300 litros de agua y de maíz, 460 litros.

"Como fábrica de alimentos, el suelo es un recurso valioso para la Argentina y es necesario reflexionar sobre la importancia del agua como insumo estratégico para la producción y la alimentación de una población mundial que cada vez demanda alimentos de mayor calidad y cantidad", sostuvo Roberto Casas, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA durante un congreso sobre suelos realizado el año pasado.

En el mismo encuentro, Alberto Quiroga, técnico del INTA Anguil-La Pampa destacó: "La Argentina es uno de los principales países que exportan grandes cantidades de agua virtual en sus productos: en granos vende casi 46.000 millones de metros cúbicos de agua e importa 3100 millones".
El experto aseguró que las producciones agrícolas y ganaderas son las principales consumidoras de este recurso.

Sin embargo, la vida urbana diaria también es responsable del derroche de agua. Por caso, un inodoro con deficiencias en el flotante pierde 4500 litros de agua diarios; una canilla abierta durante media hora consume entre 350 y 570 litros de agua; una canilla que gotea pierde 46 litros de agua en un día; una ducha breve consume 40 litros de agua y cada vez que se utiliza el lavarropas se consumen 100 litros de agua.

"Las políticas de Estado sostenidas en el tiempo son fundamentales para un cambio en las conductas. No importa si hay abundante lluvia o se generan inundaciones. Los programas de concientización deben continuar, especialmente entre los más chicos", dijo Tomasevich. 
Por Laura Rocha | LA NACION 

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