miércoles, 15 de enero de 2014

La sinestesia es más común en personas con autismo

Las personas con autismo son más propensas también a tener sinestesia, según indican los resultados de una nueva investigación.

La sinestesia se caracteriza por experimentar lo que puede describirse como una mezcla de sentidos en cuanto a las percepciones sensoriales. Por ejemplo, una persona con sinestesia puede ver colores cuando oye sonidos, o notar diferentes sabores al escuchar notas musicales.

El autismo, por su parte, se diagnostica cuando una persona tiene problemas psicológicos que le dificultan de manera severa el entablar relaciones sociales e incluso comunicarse con la gente de su entorno más cercano, mostrando intereses inusualmente limitados sobre el mundo a su alrededor, y una gran resistencia a los cambios, incluso pequeños, en su rutina diaria.

En principio, el autismo y la sinestesia no parecen tener nada en común. Pero en el ámbito del cerebro, la sinestesia implica conexiones anormales entre áreas del cerebro que por regla general no están conectadas (por eso un estímulo en un canal automáticamente desencadena una percepción en otro). Se ha postulado también que el autismo implica una hiperconectividad de las neuronas, de modo que la persona se centra demasiado en pequeños detalles pero se le hace muy difícil darle el debido seguimiento a una situación más amplia. Eso implicaría pues que el autismo y la sinestesia se caracterizan por una conectividad neuronal anormalmente elevada.

Los autores del nuevo estudio, de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, examinaron a 164 adultos con trastornos del espectro autista, y a 97 adultos sin autismo. Se comprobó en todos los voluntarios si tenían o no sinestesia.

El equipo de Simon Baron-Cohen, del Centro de Investigación del Autismo en la Universidad de Cambridge, puso a prueba y confirmó la predicción de que si tanto el autismo como la sinestesia incluyen más conectividad neuronal, la sinestesia debe ser desproporcionadamente común en las personas con autismo.

Los científicos comprobaron que mientras que la sinestesia sólo se daba en un 7,2 por ciento de los individuos típicos, alcanzaba el 18,9 por ciento de las personas con autismo.

Entre los 31 autistas que también tenían sinestesia, una de las formas más comunes de ésta última era la sinestesia sonido-color. En 21 de ellos, un sonido desencadenaba una experiencia visual de color.
Otra modalidad común de sinestesia entre esos 31 autistas con sinestesia resultó ser la sinestesia grafema-color, que consiste en que ciertas letras o números evocan percepciones de determinados colores. 18 de las personas percibían determinadas letras negras o blancas con un color que no era ninguno de esos dos.

Aparte, hubo 18 de las personas con autismo y sinestesia que padecían una modalidad de ésta última en la que sabores, olores, o incluso dolores, les evocaban experiencias visuales de color. Fuente: NCYT

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