Dentadura del Paranthropus boisei. Donald C. Johanson |
El análisis de la dentadura del Paranthropus boisei, el ‘hombre cascanueces’ que vivió al este de África hace millones de años, revela que la alimentación de este antepasado homínido se basaba en tubérculos como la chufa.
Un antepasado del ser humano actual, el Paranthropus boisei, conocido como el ‘hombre cascanueces’ por sus dientes grandes y planos, tenía una dieta basada en tubérculos como la chufa, la misma planta herbácea de la que se obtiene la horchata valenciana. Así lo asegura un estudio de la Universidad de Oxford tras haber analizado los restos fósiles de una dentadura de este homínido extinto y compararlos con la alimentación de los monos babuinos contemporáneos.
El trabajo, publicado hoy en la revista Plos One, indica que el hombre cascanueces, que vivió en el este de África hace entre 1,5 y 2,5 millones de años, se alimentaba en gran medida de bulbos de chufa, un tubérculo común en esa región del continente muy rico en almidón, y que completaba su dieta con pequeños insectos y gusanos.
“Lo más emocionante de este descubrimiento es que, por primera vez, podemos explicar todos los aspectos de la morfología de estos ejemplares: la robusta estructura dentocraneal debido a la masticación repetitiva y el espesor del esmalte por la abrasión de los almidones”, explica a SINC Gabriele Macho, actualmente investigadora de la Universidad de Oxford y autora principal del estudio, que trabajó en el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont.
Los bulbos de chufa son muy abundantes en el este de África, por lo que era muy fácil que el homínido pudiera acceder al alimento. “El Paranthropus boisei podía obtener suficientes calorías y proteínas en periodos de entre dos a cinco horas”, señala Macho. SINC
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