Los peces, a diferencia de los humanos, pueden regenerar sus conexiones nerviosas y recuperar la movilidad normal después de sufrir una lesión en la médula espinal.
Ahora, unos investigadores de la Universidad de Misuri en la ciudad estadounidense de Columbia, han descubierto cómo la lamprea marina, un vertebrado acuático parecido a la anguila y que pertenece a los agnatos, popularmente conocidos como "peces sin mandíbulas", regenera las neuronas que componen las largas "autopistas" nerviosas que unen el cerebro con la médula espinal.
Los resultados del estudio abren una posible línea de investigación, sobre si la regeneración nerviosa de la lamprea se podría adaptar algún día para estimular la recuperación en humanos que han sufrido una lesión de médula espinal.
Se le está prestando mucha atención al por qué, después de sufrir una lesión de médula espinal, las neuronas se regeneran en vertebrados inferiores como la lamprea marina, y por qué eso no ocurre en los vertebrados superiores como el Ser Humano, tal como explica Andrew McClellan, director del Programa de Investigación de Lesiones en la Médula Espinal (Spinal Cord Injury Research Program, SCIRP) de la Universidad de Misuri.
En el estudio, McClellan y sus colegas se centraron en la regeneración de un grupo particular de células nerviosas llamadas neuronas reticuloespinales, que son necesarias para la locomoción. Estas neuronas están presentes en el rombencéfalo y envían señales a la médula espinal de todos los vertebrados para controlar los movimientos corporales, tales como el comportamiento locomotor. Cuando una lesión de médula espinal daña a estas células nerviosas, el animal queda incapacitado para moverse, en mayor o menor grado según la gravedad de la lesión y el nivel de la misma. Aunque en el caso de humanos y otros vertebrados superiores la parálisis puede ser permanente, la lamprea marina y otros vertebrados inferiores tienen la capacidad de regenerar estas neuronas y recuperar la movilidad en unas pocas semanas.
El equipo de McClellan, Timothy Pale y Emily Frisch aisló neuronas reticuloespinales dañadas de lamprea marina y estableció cultivos externos de ellas, bajo diversas condiciones, para ver qué efectos tenían tales condiciones sobre el crecimiento de esas neuronas.
Los investigadores descubrieron que la activación del adenosín monofosfato cíclico, un nucleótido que transmite señales químicas dentro de las células, ponía en marcha un estado en el que la regeneración de las neuronas estaba activa. Sin embargo, no tenía efecto alguno sobre las neuronas que ya habían empezado a regenerarse.
En los mamíferos, el adenosín monofosfato cíclico parece aumentar la regeneración neuronal en el sistema nervioso central en un ambiente que normalmente inhibe la regeneración. El adenosín monofosfato cíclico parece poder vencer a algunos de estos factores inhibidores y promover al menos cierto grado de regeneración.
La observación minuciosa del proceso de regeneración nerviosa en la lamprea puede permitir averiguar cuáles son las condiciones necesarias para la regeneración neuronal, y este conocimiento podría ser una guía valiosa hacia el desarrollo de terapias que funcionen en vertebrados superiores, y quizá en los humanos. Fuente: NCYT
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