Todavía estamos muy lejos del DeLorean volador. De hecho, estamos lejos de cualquier variante de coche volador. No sólo será necesario revisar cada ley de tránsito en existencia y adaptarla a estos nuevos desarrollos, sino que fusionar a un coche con un avión es una idea mucho más costosa de lo que imaginamos. En lo personal, la mayoría de mis fichas están colocadas sobre el PAL-V. Técnicamente se trata de un coche que se convierte en autogiro, pero no es difícil imaginar múltiples aplicaciones para un vehículo de estas características, lo que amplía sus posibilidades de salir al mercado. Ahora, nos encontramos con el Aeromobil, un desarrollo proveniente de la República Eslovaca. Lo que veremos a continuación es el primer vuelo de la “versión 2.5”, aunque en realidad, el Aeromobil necesitó de aproximadamente dos décadas para llegar a este punto.
Entre sus especificaciones encontramos al popular motor Rotax 912 de cuatro cilindros y 100 caballos de fuerza, con una velocidad máxima de 200 kilómetros por hora en el aire, y 160 kilómetros por hora en tierra. Cuando funciona como coche, el Aeromobil consume 7,5 litros por cada cien kilómetros, mientras que en vuelo cambia a un total de 15 litros por hora. El Aeromobil tiene seis metros de largo por 1,6 de ancho, sin embargo, con sus alas extendidas la envergadura es de exactamente 8,2 metros. Puede trasladar a dos pasajeros (piloto más uno), su peso es de 450 kilogramos, y la velocidad mínima necesaria para su despegue es de 130 kilómetros por hora. Otro punto a destacar en el Aeromobil es su atención a la estética, mucho más refinada en comparación con otros proyectos. Lamentablemente, no hay datos sobre cuándo podría llegar este coche volador al mercado, y a qué precio, pero seguramente encontraremos una tercera generación antes de que eso suceda.
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