El avance de la robótica tiene dos frentes claros: Por un lado, el hardware. Y por otro, el software. Por eso, es común que unidades de un mismo robot sean adquiridas por distintos equipos de robotistas que prueben nuevos algoritmos de conducta en tales máquinas, sin tener que ocuparse de los aspectos puramente mecánicos.
El robot WARNER, que ha recibido este nombre de los científicos del Instituto Politécnico de Worcester en Massachusetts, Estados Unidos, que se ocupan de él, es un robot humanoide del modelo Atlas, uno de los más recientes modelos creados por la empresa de robótica Boston Dynamics.
El robot, con casi un metro noventa de estatura, posee una movilidad y agilidad notables, pese a sus 150 kilogramos de peso, y es capaz de caminar por terrenos abruptos. Para el equipo de Michael Gennert, profesor de ciencias de la computación y director del Programa de Ingeniería Robótica del Instituto Politécnico de Worcester, WARNER es el androide ideal en el que verificar que unos algoritmos para robot desarrollados por dicho equipo funcionan en un androide real. Hasta ahora, esos algoritmos solo habían sido puestos a prueba en simulaciones informáticas. Los experimentos de conducta con el robot también servirán para corregir eventuales fallos.
Este robot del modelo Atlas no es el único de los adquiridos en los últimos meses por el Instituto Politécnico de Worcester. Otra adquisición, algo anterior, fue la de un robot del modelo Baxter. De este modelo ya hemos hablado en otras ocasiones desde NCYT de Amazings. Baxter pertenece a una nueva generación de robots industriales que se autoadaptan al entorno (http://noticiasdelaciencia.com/not/8063/). Fue diseñado y fabricado por la empresa Rethink Robotics, a través de la cual el veterano robotista Rodney Brooks sigue haciendo uso de su mente creativa y visionaria. A Brooks se le conoce por su labor pionera creando robots insectoides en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, Estados Unidos), y más tarde por el éxito de los robots domésticos de la empresa iRobot cofundada por él. El nuevo reto de Brooks con Rethink Robotics es desarrollar robots que puedan adaptarse de una manera mucho más versátil a labores de fabricación y al ambiente de las fábricas, trabajando de modo seguro en ellas junto a personas y demostrando "sentido común". Algunos ejemplares de Baxter ya están exhibiendo dosis prometedoras de versatilidad y sentido común. Por ejemplo, el equipo de Ashutosh Saxena y Ashesh Jain, de la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York, Estados Unidos, enseñó a un robot del modelo Baxter a trabajar de cajero en un supermercado. Los experimentos no se hicieron en un supermercado abierto al público, sino en una sala habilitada como supermercado pero con acceso restringido. Y los resultados (http://noticiasdelaciencia.com/not/9030/) demuestran que este robot es capaz de aprender de su contacto con humanos.
A diferencia de Baxter, Atlas no fue diseñado para tareas industriales sino más bien para operaciones de rescate en situaciones que son demasiado peligrosas para un humano, como incendios severos, edificios que se están derrumbando, fugas de sustancias químicas de toxicidad extrema, y muchas otras. También puede tener aplicaciones militares. De hecho, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA), dependiente del Departamento de Defensa de Estados Unidos, está trabajando mucho con este modelo de robot.
Al ATLAS se le considera uno de los robots humanoides más avanzados fabricados hasta la fecha, aunque, tal como hemos apuntado antes, es esencialmente un cuerpo en el que colocar los cerebros de software que distintos equipos de científicos están desarrollando y perfeccionando. Por su aspecto, sus potenciales utilidades militares, y lo avanzado de su diseño, no faltan quienes lo han definido como el modelo más primitivo de Terminator, los famosos androides de la saga de ciencia-ficción del mismo nombre.
El Atlas es capaz de ejecutar movimientos muy similares a los de un cuerpo humano, y esa es una de las razones por las que la DARPA trabaja en desarrollos con este robot, acondicionándolo del mejor modo para ver de qué es capaz y hasta dónde pueden llegar sus habilidades. Para tal fin cuenta con componentes que combinan fiabilidad técnica con innovación. Está equipado con un ordenador de a bordo que actúa a tiempo real, un sistema de control térmico, una bomba hidráulica, y 28 articulaciones accionadas hidráulicamente. En su cabeza posee sensores estéreo y con capacidad de rastreo láser de tipo LiDAR (llamado así por las siglas en inglés de "LIght Detection And Ranging"), que mide el tiempo que consume la luz en ser reflejada en la superficie de un objeto, y permite cartografiar tridimensionalmente con un nivel enorme de detalle el entorno escudriñado. Para los sensores de la cabeza (o "ojos") han sido cruciales las aportaciones tecnológicas de la empresa Carnegie Robotics, vinculada al Centro Nacional de Ingeniería Robótica (NREC) de la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos. En cuanto a las manos, cuenta con unas creadas por los Laboratorios Nacionales estadounidenses de Sandía, y otras que son obra de la ya citada empresa iRobot, la creadora de los cada vez más populares robots domésticos de limpieza como por ejemplo el Roomba y el Scooba.
Atlas camina normalmente sobre dos piernas, pero, al igual que haría un humano por un terreno escarpado, puede avanzar a gatas, ayudándose con las manos. Por su forma humana, y por los rasgos de sus manos, Atlas es capaz de utilizar herramientas diseñadas para ser usadas por humanos. NCYT
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