jueves, 24 de enero de 2013

Comer en familia previene adicciones


Según el Centro Nacional de Adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia (CASA), un tercio de los adolescentes beben alcohol, fuman marihuana o toman cocaína cuando van a las fiestas de sus amigos. Y señalan  la mejor arma de prevención: cenar en familia y dialogar mucho. Un estudio de CASA dice que estas comidas evitan que los chicos caigan en las adicciones.

El sano ritual de la mesa
¿El vertiginoso estilo de vida te supera y cada miembro de su familia hace la suya? ¿La mesa del comedor está de adorno porque ya nadie tiene tiempo de usarla? ¿Las comidas multitu-dinarias han quedado en el recuerdo como algo del siglo pasado? hau detenerse  un instante y pensar el cómo juntar a la familia y recuperar el ritual de la mesa, porque las comidas en esa compañía, además de ser divertidas, previenen adicciones. 
Un estudio del Na-tional Center on Addic-tion and Substance Abuse at Columbia Uni-versity (CASA, Centro Nacional de Adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia) revela que las familias que cenan juntas al menos cinco veces a la semana reducen el riesgo de que sus chicos fumen, beban y se droguen.
«La mesa es un lugar sagrado, que permite a los padres y a los chicos conectarse después de un día ocupado», asegura la nutricionista Leanne Ely, autora de libros de cocina y fundadora de Saving Dinner, un portal de Internet que ofrece comidas fáciles de preparar en casa.
«A veces la gente lleva una vida muy ocupada y dice que no tiene tiempo», afirma Ely. Pero hay que hacerse un hueco para dejar platos hechos que aseguren una cena con los chicos, en la que se pueda conversar sobre cualquier tema. 
¿Cómo lograrlo? Pues no hay excusas. Si la cena no ha dejado de ser una costumbre, hay que recuperarla: por ejemplo para los hispanos es muy importante sentarse juntos y compartir. No permitir entonces  que la vida ajetreada nos obligue a perder esa tradición.
Invita a tus chicos a participar. Puedes pedirles que se encarguen de la ensalada o que te ayuden a lavar las frutas. Incluirlos en estos rituales los ayuda a comunicarse contigo
No permitas que coman solos en sus habitaciones, mirando televisión y a cualquier hora. Tienes que inculcarles la importancia de compartir opiniones, comentarios y experiencias al menos una vez al día

La investigación de CASA revela nueve beneficios fundamentales para los chicos que cenan en familia al menos cinco veces a la semana:
No abusan de drogas. El 70 por ciento de los que comen con sus padres y hablan con ellos tienen menor riesgo de abusar de sustancias como la cocaína o la marihuana
Dicen no al tabaco. La mitad presenta menos posibilidades de tentarse a probar un primer cigarrillo que puede llevarlos a la adicción adulta
No se convierten en fumadores. La mitad tiene muchas menos chances de convertirse en fumadores en el futuro
Se rehúsan a probar marihuana. La mitad de los adolescentes y niños que se sienten escuchados en estas comidas declinan de probar la marihuana que les pueden ofrecer sus compañeros en las fiestas
No se interesan por el alcohol. Un tercio de estos «family dinning» tienen menos probabilidades de decir que sí a las primeras copas de sus vidas
No le encuentran gracia a la borrachera. La mitad de estos chicos tienen menos tendencia a emborracharse cuando salen, porque se sienten más contenidos
Consiguen mejores notas. Como si todo esto fuera poco, además de no caer en las adicciones mejoran el desempeño escolar
Tienen amigos más sanos. Quienes son escuchados por sus padres tienden a hacer amigos sanos y a rechazar a quienes son adictos o tienen costumbres como emborracharse.
Tienen armas para el futuro. La mitad de estos chicos dice que tampoco probarán las drogas o el alcohol cuando sean mayores.
Debemos entonces hacernos un tiempo para la familia recuperar la vieja tradición de reunirse alrededor de una mesa. Resulta para los chicos un poderoso antídoto contra un mal que afecta a cada vez más adolescentes y niños.

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