Según el Centro Nacional de
Adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia (CASA), un
tercio de los adolescentes beben alcohol, fuman marihuana o toman cocaína
cuando van a las fiestas de sus amigos. Y señalan la mejor arma de prevención: cenar en familia
y dialogar mucho. Un estudio de CASA dice que estas comidas evitan que los
chicos caigan en las adicciones.
El sano ritual de la mesa
¿El vertiginoso estilo de
vida te supera y cada miembro de su familia hace la suya? ¿La mesa del comedor
está de adorno porque ya nadie tiene tiempo de usarla? ¿Las comidas
multitu-dinarias han quedado en el recuerdo como algo del siglo pasado? hau
detenerse un instante y pensar el cómo
juntar a la familia y recuperar el ritual de la mesa, porque las comidas en esa
compañía, además de ser divertidas, previenen adicciones.
Un estudio del Na-tional
Center on Addic-tion and Substance Abuse at Columbia Uni-versity (CASA, Centro
Nacional de Adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia)
revela que las familias que cenan juntas al menos cinco veces a la semana
reducen el riesgo de que sus chicos fumen, beban y
se droguen.
«La mesa es un lugar sagrado,
que permite a los padres y a los chicos conectarse después de un día ocupado»,
asegura la nutricionista Leanne Ely, autora de libros de cocina y fundadora de
Saving Dinner, un portal de Internet que ofrece comidas fáciles de preparar en
casa.
«A veces la gente lleva una
vida muy ocupada y dice que no tiene tiempo», afirma Ely. Pero hay que hacerse
un hueco para dejar platos hechos que aseguren una cena con los chicos, en la
que se pueda conversar sobre cualquier tema.
¿Cómo lograrlo? Pues no hay
excusas. Si la cena no ha dejado de ser una costumbre, hay que recuperarla: por
ejemplo para los hispanos es muy importante sentarse juntos y compartir. No
permitir entonces que la vida ajetreada
nos obligue a perder esa tradición.
Invita a tus chicos a
participar. Puedes pedirles que se encarguen de la ensalada o que te ayuden a
lavar las frutas. Incluirlos en estos rituales los ayuda a comunicarse contigo
No permitas que coman solos
en sus habitaciones, mirando televisión y a cualquier hora. Tienes que
inculcarles la importancia de compartir opiniones, comentarios y experiencias
al menos una vez al día
La investigación de CASA
revela nueve beneficios fundamentales para los chicos que cenan en familia al
menos cinco veces a la semana:
No abusan de drogas. El 70 por ciento de los que comen con sus padres y
hablan con ellos tienen menor riesgo de abusar de sustancias como la cocaína o
la marihuana
Dicen no al tabaco. La mitad presenta menos posibilidades de tentarse
a probar un primer cigarrillo que puede llevarlos a la adicción adulta
No se convierten en
fumadores. La mitad tiene muchas
menos chances de convertirse en fumadores en el futuro
Se rehúsan a probar
marihuana. La mitad de los
adolescentes y niños que se sienten escuchados en estas comidas declinan de
probar la marihuana que les pueden ofrecer sus compañeros en las fiestas
No se interesan por el
alcohol. Un tercio de estos «family
dinning» tienen menos probabilidades de decir que sí a las primeras copas de
sus vidas
No le encuentran gracia a
la borrachera. La mitad de estos
chicos tienen menos tendencia a emborracharse cuando salen, porque se sienten
más contenidos
Consiguen mejores notas. Como si todo esto fuera poco, además de no caer en
las adicciones mejoran el desempeño escolar
Tienen amigos más sanos. Quienes son escuchados por sus padres tienden a
hacer amigos sanos y a rechazar a quienes son adictos o tienen costumbres como
emborracharse.
Tienen armas para el
futuro. La mitad de estos chicos
dice que tampoco probarán las drogas o el alcohol cuando sean mayores.
Debemos entonces hacernos un
tiempo para la familia recuperar la vieja tradición de reunirse alrededor de
una mesa. Resulta para los chicos un poderoso antídoto contra un mal que afecta
a cada vez más adolescentes y niños.
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