lunes, 7 de enero de 2013

Alarma por el abuso y la venta ilegal en la web de anabólicos


La demanda aumenta el 7% anual
Aunque están prohibidos por la Anmat, el 3% de los jóvenes reconoce su consumo. Los compran en internet y en gimnasios.

Por Mariana Israel

La moda de los cuerpos esbeltos y musculosos esconde una realidad sombría. Son cada vez más los jóvenes que van al gimnasio y también los que recurren a sustancias que los “armen”, los tristemente famosos esteroides anabólicos, para lograr el físico soñado.

De acuerdo con datos del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Ciudad de Buenos Aires, alrededor del 15% de quienes van al gimnasio consume algún suplemento: un vitamínico, un adelgazante o un anabólico. ¿Cómo los consiguen? En internet y en algunos gimnasios, donde la venta suele esquivar la regulación existente.

Jorge Franchella, director del Programa de Actividad Física y Deporte del Hospital de Clínicas, sostuvo que los anabólicos esteroides “son productos químicos que imitan a la hormona testosterona”. Su acción sobre el crecimiento muscular seduce al deportista, que en poco tiempo puede alcanzar volúmenes increíbles de brazos y de piernas.

Marcelo Peretta, presidente del sindicato, explicó que existen sustancias de dos tipos: los medicamentos anabólicos y los suplementos dietarios con efecto anabólico. “Los primeros son de venta bajo receta archivada y los segundos, de venta libre. Estos últimos suelen emplearse en exceso, por la creencia de que son menos riesgosos, lo cual es equivocado”, advirtió. Cualquier tipo de anabólico esteroide tiene consecuencias negativas sobre el organismo. Los especialistas mencionaron algunos riesgos: hipertensión arterial, ataques cardíacos, incremento de acné, alteración del ánimo y agresividad, daños hepáticos y detención del crecimiento.

Recientemente, la Anmat prohibió el uso y la comercialización de los anabólicos esteroides, excepto la nandrolona, cuya venta debe efectuarse bajo receta archivada. Pero la expansión de la venta ilegal ha convertido estas sustancias en “productos de consumo masivo”. “Su acceso está multiplicado; lo que antes se adquiría sólo en farmacias hoy también puede obtenerse fácilmente por otros medios”, dijo Peretta. “La mayoría de los esteroides utilizados ilegalmente provienen del contrabando o se consiguen a partir de prescripciones adulteradas o falsas, o son sintetizados en laboratorios clandestinos”, detalló.

“Uno de los más populares es el stanozolol: que esto se venda sin supervisión es un atentado a la salud de los ciudadanos en general”, denunció Isabel Reinoso, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Buenos Aires. El aumento del consumo entre los jóvenes es lo que más preocupa a los profesionales. “Los chicos que llegan a los gimnasios desinformados, con ganas de estar armados”, dijo Franchella. La presión social no ayuda. “A los 18 años, los chicos que hacen rugby, por ejemplo, cambian de categoría y pueden llegar a jugar en Primera. Pero como todavía son delgados, se enfrentan a la necesidad de “tomar algo” para acelerar los efectos del entrenamiento”. La sociedad impone los modelos y los deportistas, competitivos por naturaleza, están dispuestos a ganar a cualquier costo, aunque el precio sea la vida. Diario Perfil

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