miércoles, 6 de noviembre de 2013

La tecnología dentro los drones de espionaje de EE.UU.

 Foto: Northrop Grumman / Divulgación

El Global Hawk es uno de los aviones espía más sofisticados del ejército estadounidense y la BBC tuvo una oportunidad pocas veces concedida a un medio de comunicación de ver uno en la base aérea Grand Forks, en Dakota del Norte.

Puede dar media vuelta al mundo con un solo tanque de combustible y buscar a un hombre en el terreno, incluso cuando la Tierra está cubierta de nubes, desde una altura de 18.000 metros.

Esto significa que en teoría podría rastrear armas químicas en Siria sin abandonar el espacio aéreo internacional, o investigar sobre el programa nuclear norcoreano desde la isla de Guam, en el océano Pacífico.

El hombre a cargo de las operaciones en Grand Forks, el coronel Lawrence Spinetta, dice que el Global Hawk "abarca el mundo a diario, 24 horas al día, siete días a la semana, proporcionando información de inteligencia para los que toman las decisiones", sin ofrecer más detalles.

Controversia
El uso de aviones no pilotados o aviones pilotados remotamente, tal y como el ejército estadounidense prefiere llamarlos, es altamente controvertido. Sobre todo por los asesinatos clandestinos llevados a cabo por aviones no pilotados armados de la CIA, como el Reaper y el Predator.

Algunos estadounidenses están preocupados por el modo en que estos aviones pueden ser utilizados para llevar a cabo labores de vigilancia a nivel nacional; 17 estados de EE.UU han aprobado leyes que limitan su uso.

Pero Dakota del Norte, de escasa población y con grandes superficies vacías, parece estar menos preocupada.
De hecho, la Universidad de Dakota del Norte es una de las primeras en Estados Unidos que ofrece un curso para operar aviones no pilotados.

Secretismo
Aunque el Global Hawk no está armado, hay mucho secretismo en torno a su uso. En la base aérea de Grand Forks todavía hay pocas señales de que el ejército estadounidense vaya a revelar mucho más.
El personal de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF por sus siglas en inglés) incluso se quitan los carnés para evitar ser identificados.

Nos piden que dejemos las grabadoras, cámaras y teléfonos antes de mostrarnos uno de los "refugios" donde se operan los Global Hawk.
Por fuera luce como un contenedor de barco. Dentro, hay filas de pantallas, aunque para esta visita todas han sido apagadas.

La Sala de Operaciones, que supervisa las misiones, está fuera de alcance detrás de una pesada puerta asegurada con un código de entrada.

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