El equipo de IceCube, un detector de partículas enterrado en el hielo de la Antártida, anuncia esta semana en Science el registro de 28 partículas de muy alta energía. La observación constituye la primera evidencia de neutrinos procedentes de lejanos aceleradores cósmicos, más allá de los confines de nuestro sistema solar. La era de la astronomía de neutrinos acaba de comenzar.
Tras casi 25 años de la idea de detectar neutrinos bajo el hielo, el observatorio IceCube de la Antártida por fin lo ha conseguido. Según publican los miembros del equipo en la revista Science, se han registrado 28 eventos de partículas muy energéticas que se corresponden con neutrinos de aceleradores cósmicos.
"Esta es la primera muestra de neutrinos de muy alta energía que provienen de fuera de nuestro sistema solar, con energías de más de un millón de veces superiores a las observadas en 1987 en el marco de una supernova –SN 1987A– vista en la Gran Nube de Magallanes", señala Francis Halzen, investigador principal del proyecto y profesor en la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU), donde ya se adelantaron los resultados hace un par de meses.
Tras casi 25 años de la idea de detectar neutrinos bajo el hielo, el observatorio IceCube de la Antártida por fin lo ha conseguido. Según publican los miembros del equipo en la revista Science, se han registrado 28 eventos de partículas muy energéticas que se corresponden con neutrinos de aceleradores cósmicos.
"Esta es la primera muestra de neutrinos de muy alta energía que provienen de fuera de nuestro sistema solar, con energías de más de un millón de veces superiores a las observadas en 1987 en el marco de una supernova –SN 1987A– vista en la Gran Nube de Magallanes", señala Francis Halzen, investigador principal del proyecto y profesor en la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU), donde ya se adelantaron los resultados hace un par de meses. SINC
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