martes, 19 de noviembre de 2013

"Ahora puedes montar una tienda 'on line' en media hora y por 22 euros"

Steve Case, que llevó internet al gran público, ha invertido 30 millones de euros en una empresa de comercio electrónico

POR ANTONIO REGALADO TRADUCIDO POR LÍA MOYA

Quizá recuerdes a Steve Case. Fue director ejecutivo de America Online y se convirtió en multimillonario vendiendo suscripciones de acceso a internet.

Ahora, Case, que tiene 55 años, ha regresado de su semijubilación para crear Revolution, un fondo de capital riesgo en Washington D.C. (EEUU) que afirma se convertirá en el mayor inversor en start-up al este del río Mississippi (EEUU).

Case no es un futurista que largue expresiones de moda. Es práctico, con un buen ojo para ver las necesidades de la calle y, según él, también para "las grandes ideas que aún son empresas pequeñas". Así que resulta significativo que, por ahora, su fondo haya apostado principalmente por start-up de comercio electrónico. Su mayor inversión, 40 millones de dólares (unos 30 millones de euros), ha sido para BigCommerce, una empresa que proporciona "capacidades como las de Amazon" a cualquier comerciante. El banco de clientes potenciales es inmenso: el 95% de los comercios estadounidenses consisten en una única tienda.

MIT Technology Review habló con Case sobre su búsqueda de la próxima gran idea en el campo del comercio electrónico.

¿Cómo de grandes son sus fondos? Y, ¿se está centrando en el comercio electrónico?

Hace dos años creamos un fondo de crecimiento de 450 millones de dólares (unos 333 millones de euros), y hace unas semanas cerramos un fondo de capital riesgo de 250 millones de dólares (unos 185 millones de euros). Con el fondo de crecimiento hemos hecho media docena de inversiones, y tres de ellas están relacionadas con el comercio electrónico. Eso sólo en el último año. No nos planteamos conscientemente que sea nuestro principal foco de atención. Tenemos una visión más general que ser un fondo de comercio electrónico, pero resulta que es una categoría en crecimiento en la que aún queda mucha innovación por llegar, incluyendo áreas poco trilladas.

¿Puede darme un ejemplo?
Hemos invertido en una empresa de la zona de Washington D.C. que se llama Optoro. Hacen algo que a mí ni se me había ocurrido hasta que no hablamos con ellos. Básicamente, si vas a Staples o Best Buy, del 10% al 15% de todo lo que se compra, se devuelve. ¿Qué pasa con esas cosas? Entra en una especie de agujero negro. Esta empresa ha pensado una forma de usar software para encargarse de ello y vender esos artículos en línea. Es un ejemplo de comercios físicos que están usando internet para mejorar sus resultados.

Ha hablado de una "segunda revolución de internet" que afectará a áreas en las que tiene influencia el gobierno, como la educación y la sanidad. ¿El comercio electrónico es el motor que conseguirá que se produzcan esos cambios?

No es es único, pero sí uno de ellos. El Gobierno gasta mucho dinero, así que hemos invertido en una empresa que se llama FedBid que se dedica a hacer subastas inversas con 50.000 vendedores. El Gobierno puede ahorrar un 10% en la mayor parte de las cosas que compra. Así podemos hacer que sea más eficiente, eso es bueno. Ayuda al Gobierno, ayuda al país y nosotros conseguimos un porcentaje de las transacciones.

Cuando usted montó AOL, sólo el 3% de los estadounidenses tenían acceso a internet. Ahora lo tiene todo el mundo. Sin embargo, el comercio electrónico sigue suponiendo menos del 6% de las ventas, ¿por qué se ha movido tan despacio?

En algunas categorías, el comercio electrónico ha sido transformador; muchas librerías se han quedado sin negocio. Pero a los centros comerciales les va bastante bien porque ir de compras es básicamente una experiencia social y no consiste sólo en comprar cosas. Pero la trayectoria del comercio electrónico es que va a seguir creciendo, aunque no suceda de un día para otro.

Parece que los servicios pueden ser una de las nuevas grandes áreas para el comercio en línea. Representan aproximadamente un 40% de la economía, pero no se ven afectados por las compras en línea en realidad.

Estoy de acuerdo. Hay una empresa que se llama Open Table que ha generado un gran impacto en la forma en que se hacen las reservas de restaurantes. Hemos invertido en una empresa que se llama Booker que intenta hacer eso mismo para el resto de los servicios en nuestra economía. Si quieres reservar un masaje, o una cita en el salón de belleza para tu mascota, esta empresa crea un mercado más transparente en el que la gente puede ver qué horas hay disponibles. Creo que tiene un tremendo potencial.

¿Qué otras fuerzas cree que darán forma al comercio en línea?
Existen unos 10 millones de vendedores independientes en sitios como eBay y Etsy. Hay mucha más oportunidad para que mucha gente monte sus tenderetes digitales y tenga un papel. Eso no quiere decir que los grandes jugadores consolidados como Amazon no sigan teniendo ventaja. Pero es como cuando vas por ahí: ves que hay grandes cadenas de restaurantes, pero la mayoría son restaurantes independientes familiares. Siempre habrá una mezcla. Pero hasta ahora ha sido difícil para las pequeñas empresas poder entrar en el comercio electrónico.

Hemos invertido bastante en BigCommerce, que básicamente tiene la potencia de las herramientas de comercio electrónico de Amazon y se puede instalar en unos minutos. Hace cinco años te habrías tirado seis meses y gastado cientos de miles de dólares para crear una tienda en línea. Ahora lo puedes hacer en 30 minutos por 30 pavos (término coloquial para los dólares y que, en este caso, equivalen a unos 22 euros). Creo que eso es bastante chulo. Democratiza el comercio electrónico del todo para todos.

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