Un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) afirma que las hembras de algunas especies de mamíferos crean confusión en la paternidad de los machos para proteger a las crías del infanticidio. Debido a esta competición, los machos de estas especies han experimentado un aumento de sus testículos.
La literatura científica muestra que en muchas especies de mamíferos, las crías corren peligro de ser asesinadas por un nuevo macho dominante que busca engendrar su propia descendencia. Esta es la primera causa de mortalidad infantil entre especies como los babuinos Chacma (Papio ursinus).
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) revela que en algunas especies como el lémur, las hembras han desarrollado una estrategia para proteger a su prole: tener la mayor cantidad de compañeros sexuales en poco tiempo para confundir al macho con respecto a su paternidad.
“Cuando la competición es tan intensa que los machos son incapaces de asegurar su paternidad y corren el riesgo de matar a su descendencia, el infanticidio desaparece”, asegura Dieter Lukas, investigador del departamento de Zoología de la universidad británica y autor principal del estudio, publicado hoy en la revista Science.
Según el trabajo, el infanticidio –muy extendido entre mamíferos desde ratones hasta leones o gorilas– es un comportamiento estratégico de los machos que disponen de poco tiempo para asegurarse una descendencia hasta que son nuevamente derrotados.
El tamaño de los testículos importa
La estrategia de las hembras desplaza la competencia entre los machos a después de la cópula. Esto ha provocado que los testículos de los machos hayan evolucionado para contener la mayor cantidad de esperma posible. Los testículos de los lémures, por ejemplo, se hinchan de 5 a 10 veces más durante la época de reproducción.
“El infanticidio por machos parece haber influido en el comportamiento de apareamiento de la hembra. Si estas se aparean con más parejas, los testículos más grandes suponen una ventaja ya que su esperma podría tener una oportunidad mayor de engendrar a la prole”, apunta Lukas.
Ejemplo de ello es el ratón de Townsend (Microtus townsendii) que no comete infanticidio y "tiene los testículos 50% más grandes que algunos de sus parientes cercanos", añaden los investigadores.
Infanticidio estratégico
Los investigadores estudiaron 260 especies de mamíferos y revelan que el infanticidio masculino se produce en las especies en las que la reproducción está monopolizada por unos pocos varones.
El nuevo estudio apoya la idea de que el infanticidio no es un rasgo general, presente en todas las especies, sino que es estratégico y se produce sólo cuando es ventajoso para los machos, según los científicos.
Los resultados también muestran que este comportamiento infanticida no modifica las preferencias de la hembra por la monogamia u otra estructura social, lo que sugiere que puede no estar en la base de la evolución de los sistemas sociales de los mamíferos.
"Anteriormente se había sugerido que el infanticidio podría ser un conductor evolutivo en las sociedades de mamíferos. Hemos demostrado que este no es el caso: el infanticidio masculino es una consecuencia de la variación en la sociabilidad, que se produce con mayor frecuencia en especies en las que ambos sexos conviven en grupos estables", explica Lukas.
En declaraciones a Sinc, el investigador subraya que "el infanticidio puede aparecer y desaparecer: por ejemplo, está presente entre los chimpancés pero no entre los bonobos. Un ejemplo se da en el grupo de gorilas de las montañas Virunga (República Democrática del Congo) que ha aumentado hasta tener más de un macho, pero ha dejado de existir esta práctica".
"Este estudio también pone de manifiesto que algunos de los mayores desafíos a los que se enfrentan los mamíferos a lo largo de su vida no son los depredadores o las enfermedades, sino los miembros de su misma especie”, concluye el científico. (SINC)
Referencia bibliográfica: Dieter Lukas, Elise Huchard: "The evolution of infanticide by mammalian societies". Science 13 de noviembre de 2014.
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