Las baterías de grafeno parecen una realidad cercana y capaz de poner fin a los mayores problemas que plantea el coche eléctrico.
Autonomía, peso, tiempo de recarga o precio, todo está bajo el control de este milagroso material derivado del carbono.
A cualquiera que se le pregunte sobre los quebraderos de cabeza típicos de los vehículos eléctricos, sin duda, mencionará el peso de las baterías, el tiempo de carga y la autonomía. Tres cuestiones que todavía hoy hacen que este tipo de coches -salvo excepciones- no puedan competir con los de motor de combustión. Pues bien, parece que el grafeno está dispuesto a dar un giro de 180 grados a la situación.
El grafeno es un material descubierto hace pocos años por los doctores de origen ruso Andre Geim y Konstantin Novoselov en la universidad de Manchester, que bien les valió para lograr el premio Nobel de Física en 2010. Y no es para menos, ya que es ligero, superconductor y muy resistente. Este material lo tenía todo para revolucionar el mundo de las baterías, sin embargo, todavía existía un problema: su incorporación a la producción en masa. Problema que, cuenta El Mundo, la empresa española Graphenano ha sabido resolver.
La compañía, ubicada en Alicante, ha dado con la clave para fabricar grafeno a escala industrial y se ha unido a la universidad de Córdoba para conseguir baterías de polímero de este material. Según comenta el vicepresidente de Graphenano todo esto "va a suponer un gran salto adelante para la industria de la automoción, entre otras". De hecho, dos grandes firmas automovilistas alemanas empiezan ya a probar este tipo de baterías en sus coches eléctricos.
Cifras milagrosas
Las baterías de grafeno duran hasta cuatro veces más que las de hidruro metálico y el doble que las de iones de litio. Además, se pueden cargar en apenas ocho minutos, tras los cuales se puede recorrer una distancia de 1.000 kilómetros. Pero no sólo eso, sino que este material reduce a la mitad el peso de las baterías conocidas hasta el momento.
¿Más ventajas? Según aseguran en Graphenano, este tipo de baterías será hasta un 77% más barato que las de litio y se podrán implementar fácilmente en los dispositivos ya existentes, sin apenas adaptación de las infraestructuras.
Hablar de su implantación a gran escala es todavía difícil. Según parece, la primera fábrica de celdas de polímero de grafeno en España podría empezar a funcionar durante el primer semestre del año que viene. Si a esto le sumamos el hecho de que algunas firmas automovilísticas importantes -sin especificar- ya se muestran interesadas en ello, todo parece indicar que podríamos ver coches beneficiados por las propiedades casi mágicas de este material a medio plazo. Esto supondría un salto importante en la batalla del vehículo eléctrico frente al de motor térmico. (innovaticias.com)
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