Los entornos hostiles –como vibraciones, suciedad, alta temperatura, etc.– son muy comunes en los procesos productivos de las empresas.
Por eso, el proyecto microSCALE, llevado a cabo por el Centro de Investigación Cooperativa en Microtecnologías (CIC microGUNE) en España busca soluciones novedosas a problemáticas de la industria relacionadas con la dificultad de monitorizar entornos de difícil acceso o de condiciones de trabajo agresivas, utilizando para ello microtecnologías.
Una de las posibles aplicaciones del proyecto es, por ejemplo, resolver los problemas de la medición de magnitudes a temperaturas superiores a 400 ºC, determinando las concentraciones de combustión de una mezcla, o detectando y determinando con exactitud la propagación de una grieta en superficies complejas (curvas e irregulares). Con ello, los investigadores esperan generar para finales de año las tecnologías que hagan esto posible.
Concretamente, el proyecto validará la consecución de dichos retos tecnológicos mediante un microsensor de deformación integrado directamente sobre una pieza metálica en geometría compleja, capaz de soportar vibraciones y muy altas temperaturas durante todo su ciclo de vida. Este tipo de microsensores son muy apreciados, ya que presentan importantes ventajas potenciales sobre los que utiliza habitualmente la industria.
“Las tecnologías para los sistemas microelectromecánicos (MEMS) desarrolladas en este proyecto son extrapolables a un amplio espectro de sectores y aplicaciones”, señala Ainara Rodriguez, investigadora de CIC microGUNE.
En el ámbito de las ciencias de la vida y, en especial, en el de la salud humana, las empresas desarrollan para los dispositivos Point-of-Care (POC) nuevas tecnologías que permitan automatizar y abaratar el coste de los análisis.
Se trata, por ejemplo, de que “un dispositivo de diagnóstico portátil pueda cuantificar, de forma rápida y barata, varios marcadores a la vez, para así avanzar en el diagnóstico precoz de enfermedades tales como la artritis reumatoide, la psoriasis, enfermedades infecciosas, alergias, etc”, señala Josu Martínez, experto del centro.
También se investiga para desarrollar tecnologías para la detección cuantitativa y multiplexada de proteínas en sangre. “Uno de los grandes retos es que dichas tecnologías permitan, en el futuro, producir dispositivos de bajo coste para que la generación de conocimiento de esta actividad repercuta en la competitividad del tejido empresarial”, comenta Martínez.
Otro aspecto importante del proyecto es “la integración de todos los componentes, que por sí mismos ya introducen mejoras, en un único microsistema robusto que, mediante la generación de nuevas tecnologías y conocimiento, tenga impacto real en el tejido empresarial vasco”, añade Ana Valero, investigadora de CIC microGUNE.
IK4-Ikerlan, Ceit-IK4, Ik4-Tekniker, Mondragon Unibertsitatea y Tecnun colaboran en CIC microGUNE en este proyecto, apoyado y financiado por el programa Etortek 2013-2014 del Gobierno Vasco. (Fuente: CIC microGUNE) (NCYT)
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