Esta ilustración muestra el planeta recién descubierto (extremo derecho) orbitando una estrella (derecha) de un sistema estelar binario. (Imagen: Cheongho Han, Universidad Nacional de Chungbuk) |
El descubrimiento en un sistema estelar binario de un planeta de tipo rocoso como la Tierra situado a la misma distancia de su estrella que la que separa a la Tierra del Sol ha expandido la cantidad de escenarios donde es factible que se hayan formado planetas parecidos al nuestro y potencialmente capaces de poseer vida.
El hallazgo lo ha hecho el equipo internacional de Cheongho Han, de la Universidad Nacional de Chungbuk en Corea del Sur, Scott Gaudi, de la Universidad Estatal de Ohio en la ciudad estadounidense de Columbus, y científicos de una veintena de instituciones en varias naciones, durante una investigación financiada parcialmente por la NASA.
La pareja de estrellas, en torno a una de las cuales orbita el planeta recién descubierto, está a 3.000 años-luz de la Tierra.
El planeta, llamado OGLE-2013-BLG-0341LBb, tiene el doble de la masa de la Tierra. Sin embargo, pese a que orbita una de las estrellas del sistema binario a casi exactamente la misma distancia que la Tierra lo hace del Sol, no goza de las mismas condiciones de temperatura que sí disfruta nuestro mundo. El motivo es que la estrella anfitriona es mucho más débil que el Sol. El planeta, del tipo conocido como SuperTierra, es en consecuencia mucho más frío que la Tierra; de hecho, es un poco más frío que la luna Europa de Júpiter.
Lo realmente importante del hallazgo es que proporciona la primera evidencia de que los planetas de tipo terrestre pueden formarse en órbitas similares a la de la Tierra, incluso en un sistema estelar binario donde las estrellas no están muy separadas entre sí. Aunque este planeta es mucho más frío que la Tierra, si su estrella fuese como el Sol, estaría dentro de lo que se conoce como “zona orbital habitable”, la franja alrededor de una estrella donde el calor de ésta permite la existencia de agua líquida en la superficie de un eventual planeta.
Esto amplía considerablemente los lugares potenciales en los que descubrir planetas habitables, tal como subraya Gaudi. La mitad de las estrellas en la galaxia son sistemas binarios. Hasta ahora, no estaba claro que fuese viable en tales sistemas la formación de planetas parecidos a la Tierra en órbitas semejantes a la de nuestro planeta. (NCYT)
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