El control de voz del salpicadero se sofistica cada vez más y aspira a que puedas mantener un diálogo tanto útil como natural con tu vehículo
POR WILL KNIGHT - TRADUCIDO POR TERESA WOODS
Muchos coches ahora llevan incorporado el control por voz, pero realmente no puedes hablar de forma normal con estos sistemas. A menudo hay que repetir la misma frase para conseguir el resultado deseado. Esto podría cambiar con la introducción de interfaces de voz que permitirían una conversación más natural entre conductor y tablero de mando.
"Lo que veremos en un futuro muy cercano es la capacidad de dialogar", dice Charlie Ortiz, el director de un grupo de Inteligencia y Razonamiento Artificial de Nuance, una empresa de tecnología de reconocimiento de voz con sede en Massachusetts (EEUU). "Podrás decir, ‘Me apetece escuchar un poco de jazz latino, o sugerir un artista en concreto".
Ortiz dice que esta tecnología ha llegado a la línea de producción de los vehículos, lo que quiere decir que podría aparecer dentro de muy poco. Sobre todo permitirá un control mucho más natural de las prestaciones de salpicadero y conseguir indicaciones de cómo llegar al destino. "Dentro del dominio de la navegación, estamos desarrollando métodos de describir los puntos de interés de una forma más abstracta", dice. "No siempre conozco la dirección exacta del sitio al que quiero llegar. Quiero poder decir, ‘Quiero ir a un restaurante de la marina que está cerca del estadio’".
Nuance llegó a dominar el mercado de la tecnología de reconocimiento de voz durante la última década después de adquirir varias empresas del sector (ver Business Impact: El futuro del reconocimiento de voz). Gracias a nuevas técnicas y grandes cantidades de datos de entrenamiento, el reconocimiento de voz ha mejorado mucho en ese intervalo. Nuance ya ofrece esta tecnología a empresas de numerosas industrias y suministra la tecnología de control de voz a fabricantes de automóviles como Ford, Hyundai y Chrysler.
Ahora Nuance busca ir más allá para ofrecer mayor comprensión del lenguaje. Es algo notoriamente difícil sin embargo, porque el significado de una palabra o una frase puede variar de forma dramática en función del contexto; así que un diálogo normalmente debe limitarse a ciertas áreas. Mantener conversaciones más complejas es uno de los retos principales para el laboratorio de Nuance que dirige Ortiz. Su equipo trabaja para desarrollar asistentes personales capaces de entender más tipos de frases y de contestar con eficacia cuando no han comprendido algo. Por ejemplo, una consulta podría referirse a una conversación anterior y requerir una apreciación sutil de su contexto. Un usuario podría preguntar al sistema cómo se compara un restaurante, en cuanto a la valoración de clientes, con otros restaurantes del historial de búsquedas.
Además Ortiz cree que una tecnología de lenguaje más fluido podría estar a la vuelta de la equina, gracias a los avances en el análisis semántico. "Las estrellas se están alineando justo en el momento adecuado", afirma. "Se han producido muchos avances en varios componentes subyacentes – la comprensión del lenguaje y el razonamiento. Uno de los retos consiste en conseguir juntar estas piezas".
Otro reto clave, en lo que concierne a la industria automovilística, es asegurar que las interfaces más sofisticadas no supongan una mayor distracción. Las interfaces de voz más intuitivas podrían suponer menos esfuerzo, pero sólo si funcionan bien.
"Si funciona perfectamente, genial. Si falla, estás en una posición peor", dice Bryan Reimer, un científico del laboratorio Age Lab del MIT, cuyas investigaciones han demostrado que los interfaces de voz pueden distraer tanto como las interfaces convencionales de los coches. "Cuanto más complejos y ambiguos los comandos, más complejo es el problema del reconocimiento, y mayor daño hace el fracaso".
Varios fabricantes contactados por MIT Technology Review rehusaron comentar cómo evolucionará la tecnología de voz dentro de sus productos. Pero las interfaces vehiculares están avanzando a un ritmo impresionante, alentado en parte por la tecnología móvil (ver ¿Quién conducirá el coche del futuro?). (MIT)
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